miércoles, 15 de mayo de 2013

La alegría de un par de zapatos


No sé tú ó ud., si se ha puesto alguna vez a pensar en la importancia de un par de buenos zapatos. Se dice que hay mujeres que son 'loca zapatos', a saber. Yo no me atrevería a aventurarme, ni mucho menos a aseverar y mucho más a generalizar que a todas las mujeres le gustan los zapatos. De hecho conozco a alguien para quien los zapatos no son un artículo al cuál le dedican más tiempo del necesario. Eso sí, si pasas a su lado podrás sentir aquel olor fresco a crema que emana su cuerpo; pero eso en realidad no es lo que deseo contarte, sino que ella me comentaba que su marido si es 'loco zapatos'. Cada mes se compra uno o dos pares nuevos.

El otro día me entretuve por cierto, en un artículo que hablaba sobre un pequeño taller de fabricación de calzado en Viena, Austria. Los fabrican con los más finos materiales que uno ni siquiera pueda imaginar. Primero te hacen un estudio detallado y su fabricación tarda aproximadamente 6 meses y su costo ronda los $6,000.00 dólares. Esta minicompañía produce a lo sumo 300 pares anuales lo cuál los convierte en algo así como los Bentley, carros hechos a mano también.

En un mundo como el actual llevar zapatos es lo más normal, lo extraño es andar descalzo. Los indios Taraumara pueden andar descalzos, también en algunas partes de Africa la gente no usa calzado; no necesitan o quizás no los conocen.

En el mundo occidental si se acostumbra a usar zapatos ó sandalias según el clima. Total, y es lo que quiero contarte, que un día de estos llevé a mis hijos a comprarles nuevos zapatos pues aparte que se lo merecen, los que tenían ya presentaban síntomas de desgaste, viejos, raídos, desteñídos, gastados más de un lado que de otro, en fín usados.

Por cuestión de idiosincracia aún no he vencido aquella vieja creencia que las cosas son eternas; todo tiene su período de caducidad en especial las prendas de vestir. Las bondades del trabajo me permitió comprarles a mis hijos no uno, sino dos pares de zapatos. Ellos felices con sus nuevos shoes y yo cada vez más conciente que aquel viejo cuento de que 'para vos no hay' no existe.



 
 
 
 
 
 

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