martes, 20 de agosto de 2013

Suerte ó experiencia, tú escoges




 Tiene suerte dicen los terceros, tan sólo es cuestión de suerte dicen los otros.

La experiencia por su parte es otra cosa, algunos dicen que es comprada; a saber. Me da la impresión que la experiencia es intangible. Nadie sabe que la tiene hasta que es puesta a prueba. Por ejemplo hay hombres que una mujer con experiencia es capaz de monitorearles su ritmo respiratorio; imaginate que poder. Mientras que el hombre ciego de los lados no, porque carece (no todos por supuesto) de la capacidad de ver de soslayo. Su ángulo visual es demasiado rectilíneo.

Pero por suerte, aún no he alcanzado a comprender la psique femenina. Esto ha de deberse a mi falta de experiencia en ese campo. Lo que sí te puedo contar hoy, es la experiencia que tuve hace un par de días la cual por suerte es favorable.

Así que me dirigía hacia mi trabajo temprano, para estar a buena hora. Iba bajando aunque yo quisiera pensar que voy subiendo; cuando el que conduce lo hacía con todo el respeto que las leyes de tráfico ameritan, cuando de súbito el carro que llevaba a la derecha hizo una maniobra inesperada, de manera abrupta, propia de alguien que podría decirse sin experiencia. Afortunadamente lo ví (el carro) justamente a escasos cinco centímetros de distancia por lo cual ambos nos ahorramos el malestar de impedirle el derecho de libre tránsito a los demás, si ambos nos hubiésemos accidentado.

Más adelante y más bien por curiosidad que por otra cosa, alcancé al susodicho que no era tal sino que susodicha. Dos señoras de la tercera edad que continuaban con lo que parecía ser una amena plática, completamente absortas de lo que sucedía alrededor.

Y el más reciente acto de la fortuna ó la suerte si lo prefieres fue el domingo. Ese día llovió como se debe, y generalmente no tomo el freeway que son vías de acceso rápido; y no lo hago precisamente por mi costumbre de evitar el tráfico. Pero ese día lo hice y ya al salirme hay una curva pronunciada, antes de tomar la calle regular sobre la cuál y por las condiciones climáticas estaba lisa. Así que el carro del que conduce derrapó, primero hacia el centro de la calle, luego quizo controlarlo y viró sin control en dirección del muro de contención. Parecía que de un momento a otro el vuelco no se haría esperar porque a continuación se vió envuelto en un giro de 180° sobre su eje, que por suerte no venía carro en esa dirección. porque entonces un tercero podría decir que qué mala suerte.

Entonces, por experiencia, tomar nota: el agua y el aceite no se mezclan.




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